Un viaje fue un viaje de un solo día dedicado a escalar las colinas sobre Bassano del Grappa, Italia; el otro viaje fue un clásico todoterreno más largo: solo dos ciclistas de montaña pasaron más de un mes en el Great Divide Mountain Bike Trail desde Montana hasta México.
En la primera experiencia, hace un año, fui el protagonista, acceda a la cima del Monte Grappa, un destino ciclista legendario que a menudo forma parte de este Giro d’Italia. Quería saber exactamente qué tan rápido (o lento) y cuánto había estado pedaleando. Quería que esta información fuera más precisa y más informativa que la que obtendría de una computadora para bicicletas. Quería tener la capacidad de volver a evaluar el perfil de elevación del viaje. Quería ver mi ruta dibujada en un mapa satelital. Quería entender cosas que aún no sabía que quería entender.
La respuesta fue que el Sistema de Posicionamiento Global. Pero como muchas otras personas que juegan al aire libre, no sabía mucho sobre GPS. Las unidades que había probado parecían complicadas, con secuencias de botones intimidantes y mayoría sobrante; Sentí que fueron construidos para ubicar la estación de servicio más cercana, no para acompañar a los ciclistas a la cima de picos legendarios.
Scott Morris me aconsejó que no me preocupara. Fue uno de esos ciclistas de montaña que atravesaban la divisoria continental, y su viaje estuvo totalmente enganchado a las unidades de GPS, que funcionan extrayendo coordenadas longitudinales y latitudinales de los tanques para proporcionar un flujo constante de datos precisos.
Morris me dijo que el GPS es perfecto para el verdadero geek del ciclismo que se preocupa por usar equipos, datos, presión de los neumáticos, relaciones de transmisión y que, quizás, mezcle dos tipos de crema de gamuza para una relajación óptima. Como reemplazo de su ciclocomputador, la tecnología manda. Guarde su viaje en su dispositivo GPS y lleve la información a su computadora, y podrá rastrear su ruta sobre mapas topográficos, imágenes satelitales e incluso producir perfiles tridimensionales de su viaje. Y, explicó Morris, las unidades de GPS se están volviendo más asequibles y más fáciles de operar. Los aparatos que llevó en su viaje eran pequeños -menos de tres onzas- para ser más atractivos para los ciclistas, y tan fáciles de usar que podrían convertirse en parte del botiquín diario de un pescador. Lo más importante que me dijo Morris fue que tuviera en cuenta que el GPS tiene dos funciones distintas:»
Para los ciclistas, las dos funciones son importantes, sin embargo, el mantenimiento de registros, con una operación mucho más fácil que el monitor de frecuencia cardíaca promedio, bien vale el precio de la entrada, porque abre una ventana rica en su esfuerzo. Por ejemplo, al final de su viaje, Morris sabía que había recorrido 2563,77 millas, con 870,37 millas escaladas, 735,62 millas en llano y 951,49 millas descendiendo; La cuenta del sitio web de Morris de esta excursión (topofusion.com) enumera más de una docena de otras «métricas» que le proporcionó el GPS.
